Tradicionalmente, la sicología se ocupó predominantemente del diagnóstico y tratamiento de problemas emocionales y enfermedades mentales, como depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad, sicosis, etc.; logrando, a lo sumo, llevar al paciente a un punto intermedio entre la enfermedad y un auténtico estado de salud mental.

En los últimos años, sin embargo, ha surgido la sicología positiva, que propone el estudio científico de la felicidad y el bienestar personal en los individuos sanos y normales, más allá de la mera ausencia de enfermedad mental.

A diferencia de los movimientos de autoayuda, la sicología positiva apela a sólidos fundamentos científicos para lograr acercarte a un estado de bienestar global; indagando sobre el origen del bienestar psicológico y las estrategias para su desarrollo, basándose en evidencias biomédicas, cognitivas y sociales.